LA OFENSIVA ALEMANA
En marzo
de 1938, Hitler envió tropas alemanas para ocupar Austria, que pronto fue
incorporada por plebiscito al Tercer Reich (el Anschluss). En una hábil
combinación de presiones internas y externas, logró la anexión o neutralización
del territorio checoslovaco en marzo de 1939. En abril del mismo año, Italia se
anexionó Albania. En agosto se firmó un pacto de no-agresión entre Alemania y
la Unión Soviética, en el que se establecía una cláusula secreta sobre la
división de Polonia y el establecimiento de esferas de influencia soviética y
alemanas en los estados bálticos y en Finlandia. Tras este atrevido acuerdo,
que dejó atónitos a los gobernantes del resto de Europa, Hitler ordenó iniciar la invasión de
Polonia el 1 de septiembre de 1939. El Reino Unido y Francia declararon la
guerra a Alemania dos días después. El 17 de septiembre, tropas soviéticas
penetraron en la parte oriental de Polonia, que de esta forma quedó dividida
entre Alemania y la Unión Soviética. A finales de 1939 se firmó un nuevo pacto
por el que Alemania recibía toda la parte situada al oeste del río Bug y los
soviéticos obtenían Lituania dentro de su esfera de influencia.
La Unión
Soviética, aprovechando su entendimiento con Alemania, obligó a Estonia,
Letonia y Lituania a admitir guarniciones militares en su territorio. Finlandia
se negó a obedecer y fue atacada por tropas soviéticas en noviembre de 1939.
Inicialmente, el pequeño país finés contuvo el ataque soviético, lo que
despertó las simpatías de todo el mundo. La Unión Soviética no había valorado
en su justa medida la voluntad de Finlandia para resistir ni los obstáculos
naturales constituidos por los numerosos lagos y bosques del país. No obstante,
en marzo de 1940 Finlandia hubo de pedir la paz, después de un ataque que
obligó masivo de las fuerzas soviéticas que obligó a los finlandeses a
replegarse.
Durante
el inicio de 1939, las principales actividades alemanas se desarrollaron en el
mar, incluyendo una campaña submarina muy activa contra buques mercantes con
rumbo al Reino Unido. En cambio, en la guerra naval de superficie los
británicos fueron en conjunto más afortunados que los alemanes.
En abril
de 1940, Hitler puso en práctica la táctica de la "guerra relámpago"
al ordenar la invasión de Noruega y la ocupación de sus principales campos de
aviación de Oslo y Stavanger. Al mismo tiempo, los alemanes enviaron barcos de guerra al
puerto de Copenhague y se introdujeron en la península de Jutlandia. La
ocupación de Dinamarca era necesaria para la seguridad de las comunicaciones alemanas con Noruega.
Los
acontecimientos en los países nórdicos se convirtieron en un problema de menor
importancia para las potencias en los países nórdicos se convirtieron en un
problema de menor importancia para las potencias occidentales cuando el 10 de
mayo de 1040 se vieron sorprendidas ante el ataque fulminante de Hitler a
través de los Países Bajos y de Bélgica. En este último país, la cooperación de
la Luftwaffe o fuerza aérea alemana con las líneas de defensa.
El 12 de mayo, los alemanes cruzaron la frontera franco-belga, y el 22 de junio, tres
quintas partes de Francia, incluyendo París, estaban ocupadas. Sin embargo,
buena parte de las tropas británicas en Francia, así como otros grupos de diversas nacionalidades, lograron
escapar por el puerto de Dunquerque. Se firmó entonces un armisticio entre
Alemania y Francia, representada ésta por el mariscal Philippe Pétain, héroe
francés de la primera guerra mundial. A partir de entonces, los alemanes
ocuparon todo el norte de Francia, desde la frontera suiza al canal de la
Mancha y el Atlántico, y una franja de la costa atlántica desde el bajo Loira
al extremo oriental de los Pirineos. El gobierno francés, con sede en Vichy, conservaba
el control de dos quintas partes de Francia y de la
armada y la fuerza aérea, que, sin embargo, habían de mantenerse neutrales.
Mientras tanto, el general Charles de Gaulle, desde Londres, radiaba proclamas
invitando a los franceses a continuar la resistencia contra los invasores alemanes.
Durante
agosto y septiembre de 1940, la Luftwaffe alemana lanzó un bombardero aéreo
masivo sobre el Reino Unido en un intento de debilitar al país para una
invasión posterior a través del canal. Los británicos tenían a su favor un sistema de detección por radar y un tipo de caza,
el "Spitfire", superior a cualquier avión alemán. En la batalla de Inglaterra se fue imponiendo fundamentalmente la
Royal Air Force británica, y Hitler pospuso indefinidamente la invasión. Por
primera vez, el avance alemán había sido frenado, lo que tuvo un enorme valor simbólico.
Después
del fracaso intento de invasión de Grecia por parte de Italia en noviembre de 1940,
Hitler incorporó sucesivamente a Hungría, Rumania y Eslovaquia al Eje. Bulgaria
se unió en marzo de 1941. En abril, Alemania atacó a Yugoslavia y Grecia, que
fueron invadidas a finales de mes. El estado yugoslavo se disolvió completamente, y
Grecia fue ocupada por los italianos, excepto Atenas, Tesalónica y Demótica, en
Tracia, así como las islas de Quíos, Lesbos, Santos, Melos y Creta, que se
reservaron los alemanes para sí.
En junio
de 1941, Hitler rompió el pacto de no-agresión de 1939 y atacó a la Unión
Soviética. La amistad de este país, sin la que las victorias de
1939-1940 hubieran sido imposibles, ya no le era necesaria a Alemania. Unidas
armadas alemanas entraron en territorio soviético y en diciembre habían llegado
a los alrededores de Moscú, antes de que los contraataques y los rigores del
invierno paralizarían la ofensiva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario